Dorian Grey
“El Retrato de Dorian Grey”, de Oscar Wilde, es uno de mis libros de cabecera desde hace muchísimos años, que me fascina por todo: por el tema que trata, por el escritor, por cómo está contado y lo que cuenta, por su lucidez.
A propósito de una persona obsesionada por lo que estoy haciendo en estos momentos y que ha intentado (“por mi bien”) hacerme reflexionar y orientar mi vida para que cumpla una función social y para que busque mi sitio en la sociedad de manera útil y recordando con un amigo el prefacio del libro al que me refiero, lo incluyo en este post, porque me afianza en muchas cosas a la hora de lidiar con estos personajes.
¿Se habrá aplicado su propio consejo a sí mismo? ¿O es que está dentro del grupo de salvadores del mundo y de los pobres descarriados como yo, porque poseen la verdad absoluta sin darte la opción a que eleves un: “protesto, señoría”? Vivan y dejen vivir, gracias.
Prefacio “El Retrato de Dorian Grey”:
“El artista es creador de belleza.
Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte.
El crítico es quien puede traducir de manera distinta o con nuevos materiales su impresión de la belleza. La forma más elevada de la crítica, y también la más rastrera, es una modalidad de autobiografía.
Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza.
Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.
No existen libros morales o inmorales.
Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.
La aversión del siglo por el realismo es la rabia de Calibán al verse la cara en el espejo.
La aversión del siglo por el romanticismo es la rabia de Calibán al no verse la cara en un espejo.
La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Incluso las cosas que son verdad se pueden probar.
El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo.
Ningún artista es morboso. El artista está capacitado para expresarlo todo.
Pensamiento y lenguaje son, para el artista, instrumentos de su arte.
El vicio y la virtud son materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor.
Todo arte es a la vez superficie y símbolo.
Quienes van más alla de la superficie, se exponen a las consecuencias.
Quienes penetran en el símbolo se exponen a las consecuencias.
Lo que en realidad refleja el arte es al espectador y no la vida.
La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.
A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente.
Todo arte es completamente inútil.”
Oscar Wilde
*Fotograma de la película “El Retrato de Dorian Grey” de Albert Lewin